viernes, 12 de noviembre de 2010

Pero qué chismosos...


¿Cuántos de nosotros hemos pasado de canal en canal un día de semana por la noche y hemos visto un programa basado en la vida privada ajena? ¿Cuántos hemos visto revistas, tanto extranjeras como nacionales, relatando enredos amorosos de personas que realmente no conocemos? Hoy en día el mayor entretenimiento  es el llamado chisme.

Gracias a las vidas alocadas llenas de enredos amorosos de la nobleza antes de la revolución francesa, se crea textualmente el chisme en la literatura de la época. Hoy en día podemos ver esa literatura transformada en revistas o periódicos llenos de artículos basados en la vida de personas de la farándula tanto nacional como internacional. ¿Cómo es posible que personas que vemos, pero no conocemos, nos interesen?

Estudios psicológicos dicen que el chisme es fundamental para el individuo. Este nos hace formar una concepción de la moral, ya que juzgamos a las personas bajo nuestro propio criterio. A su  vez nos ayuda a no ser indiferentes a los demás. Este último es primordial si tomamos en cuenta que formamos parte de una sociedad. 

La pregunta es ¿qué tan lejos puede llegar nuestro deseo de saber lo que ocurre en vidas ajenas? Como consecuencia del Facebook, muchos de nosotros terminamos viendo fotos de personas que ni conocemos. Entras al perfil de uno y terminas en el primo del amigo del vecino de tu mejor amigo.

El chisme hoy en día está tomando medidas muy radicales. Vemos como personas buscan entretenerse viendo lo que ocurre en una vida que no es la suya. Uno forma prejuicio de las personas ajenas solo viendo fotos o leyendo comentarios y muchas veces algunas hasta los agregan en cualquier red social solo porque les pareció simpática o por otras razones. Día a día personas pasan horas de horas haciéndolo, perdiendo mucho tiempo, en la mayoría de los casos, que podrían estar usándolo en otras cosas, como vivir su propia vida.


Alessandra Caso