domingo, 9 de enero de 2011

Nadie lo espera, pero aún así llega.


La mayoría de veces suelo quedarme corta al terminar de hablar, no sé si habrá una nueva oportunidad para decir eso que por segundos no dije, por falta de tiempo, por flojera o por ausencia de costumbre. Un “te amo” o un simple gracias, a mis padres, a mi hermano o a aquellas personas importantes en mi vida. ¿Habrá algún día en el sea imposible si quiera volver a verlos?  Sin decirles todos esto, sin dejarles en claro lo valiosos que son para mí…
Todo  vino a mi mente hace dos días, cuando por curiosidad entre al facebook de Marcos Bergamo, un chico de mi edad con quien probablemente pude compartir  algunas aspiraciones y quien de alguna manera al igual que yo, pudo pensar que el final de sus días sería un acontecimiento muy lejano. Marcos falleció el primero de enero  de manera inesperada revolcado por una ola en una playa del sur, donde recibió el año nuevo. Su padre desesperado, al enterarse de su desaparición acudió a la zona, donde al transcurrir de las horas y con pocas esperanzas solo pedía de manera suplicante que saquen de las feroces aguas el cuerpo de su hijo de dieciocho años.
Llámenme  “stalker” o algo parecido,  pero me dio mucha intriga saber que pasaba por la cabeza de  Marcos días antes de su muerte. Es ahí donde al revisar su muro me di con la sorpresa de que no más de una semana antes del primero de enero (día de la desaparición Marcos) Marcos había publicado una nota muy singular. La nota publicada en la pagina social facebook, era un agradecimiento personal, en el  cual mencionada una por una a las personas que el año pasado (2010) habían significado mucho en su vida… ¿Una posible despedida?
 Este tema me llevo a reflexionar sobre ciertas cosas que dejo de decir o expresar. Me llevo replantear mis días y la calidad de tiempo que les brindo a las personas a las cuales me gustaría dejarles en claro mi afecto por si algún día no regreso a casa.
No es necesario que vivas pensando que en cualquier esquina puede estar la muerte. Es cuestión de tener en claro que ella no distingue entre juventud y vejez.
Hay cosas reversibles, las cuales tras un segundo intento pueden solucionarse. Hay  otras  a las cuales la naturaleza les restringió segunda oportunidad.
Di lo que debes decir hoy, haz las cosas pendientes…disfruta cada segundo de la vida plenamente.

Hasta la próxima, espero.
Alejandra Alayo, mis queridos.