viernes, 25 de febrero de 2011

Y a mí…. ¿Por qué me tendría que importar el problema de Libia?

Desde hace dos semanas, luego del problema de Egipto, el mundo ha volteado su mirada un poco más allá, a un país también perteneciente al Magreb (países del norte de África): Libia, bajo el poder de un dictador maquiavélico como lo es Muammar al-Gaddafi, enquistado en el poder desde hace 42 años en una de las dictaduras más longevas en la actualidad.
Como sabemos, el mundo árabe está en un proceso de cambios drásticos en su forma de percibir a sus gobernantes, desde los hechos acontecidos en Túnez en que un manifestante, cansado de los abusos del Gobierno, decidió inmolarse públicamente, lo que generó una reacción en cadena en todo su país que concluyo con la destitución del presidente. Este efecto “dominó” se extendió a otros países árabes como Yemen, Bahréin, Jordania, pero sobretodo Egipto, donde el mundo siguió con atención los acontecimientos en esta milenaria nación por dos semanas que terminaron con la victoria de la causa del pueblo egipcio.
A diferencia de estos países, en Libia está ocurriendo lo mismo pero con una agravante: La brutal represión por parte del gobierno. Si bien hubo heridos y muertos en los otros países, el gobierno se vio acorralado por el clamor popular y el ejército se negó a atacar a civiles en muchos de los casos, pero en Libia se está usando la violencia con armas para callar las voces de protesta. El mundo no entiende lo grave que es que los gobernantes ataquen a su propio pueblo que dicen defender por el afán de poder y de controlar a los demás, en lo que podría en una triste y desgraciada guerra civil ¿Es que no entendemos que son nuestros hermanos, por el solo hecho ser humanos y que están siendo víctimas de un abuso injusto y despótico? ¿No sentaremos a esperar viendo como se matan unos a otros, como sucedió en Irak y Afganistán?
Por eso saludo el gesto del gobierno peruano de romper todo tipo de relaciones con este país africano sumido en la opresión de un tirano con gran influencia en los países de Occidente, tan timoratos a la hora de condenar estos hechos barbaros porque priman los intereses económicos (Recordemos que Libia posee el 2 % de las reservas mundiales de petróleo), ya que a pesar de no tener casi vínculos con este país, debemos dar el ejemplo o poner “el granito de arena”  como le dicen, exhortando a la comunidad internacional a sumarse al rechazo total a estos hechos. Y nosotros debemos ver esto, como un ejemplo que nunca debemos seguir. A lo largo de nuestra historia hemos sido víctimas de tiranos que solo han traído desgracias a nuestros países latinoamericanos, por lo que debemos fortalecer nuestras democracias, para que no revivan los fantasmas de  Pinochet, Videla o el propio Fujimori. Tengamos precaución con el gobierno de Chávez por ejemplo, ya que no es coincidencia que esta haya condecorado con los más altos honores a este sátrapa libio de la peor calaña cuyo dinero es su moneda de cambio para ganar adeptos internacionales.
Atte.
Sebastián Uribe Díaz