Directo al grano: el Plan Zanahoria. Consiste en establecer un tope en los bares y discotecas para el expendio de alcohol, límite en horarios de funcionamiento de dichos establecimientos que cuentan con autorización, para que el índice de delincuencia, homicidios y agresiones (violencia en general) a causa de la ingesta de alcohol disminuya paulatinamente y así la sociedad conviva en un ambiente más sereno. Aún así, tenemos que ver los pros y contras del plan en mención.
Empezaré dando mi opinión. Personalmente, no consumo alcohol y no asisto a discotecas ni bares porque no son de mi gusto. En cierto modo, me parece bien que se dejen de vender estas bebidas a las 2 a.m., creo que es una hora prudente. Del mismo modo, me parece bien que se prohíba el consumo de estas en vías públicas a las 11 p.m. Si alguien quiere seguir tomando lo puede hacer tranquilamente en su domicilio. Por otra parte, no estoy muy seguro de que sea conveniente cerrar estos locales a las 3 a.m. porque las personas disfrutan de la vida nocturna en Lima. Además, debemos tomar en cuenta que es uno de sus atractivos turísticos y será difícil adecuarse a ello. Creo que las personas van a querer seguir divirtiéndose y pasarla bien después de las 3 a.m. De alguna manera, los turistas disfrutan mucho de la vida nocturna y el alcohol es un elemento importante para “festejar”. Si las opciones de conseguir alcohol se obstaculiza, Lima perdería ese atractivo turístico y se consideraría como puntos menos para que deje de ser un punto turístico importante. Ante esto, creo que lo primordial es la salud y seguridad de la sociedad y lo que establece este plan es para eso. De algún modo, los turistas se deberán de acostumbrar a estas medidas y solo tomará tiempo. Es un cambio no solo de leyes, sino también un cambio cultural; y si la cultura se cambia desde adentro, también cambiará el producto que ofrecemos. Aún así, creo que el turista no solo viene para divertirse, viene para conocer y salir un poco de su propia cultura, conocer una nueva. Formas de diversión hay muchas, pero métodos para evitar la violencia no se ponen mucho en práctica en nuestro país y eso es lo que se quiere lograr para después ampliar a un plazo más duradero la actividad del turismo.
Ahora, lo que se quiere lograr es disminuir la violencia en las calles. Susana Villarán quiere que la seguridad ciudadana se priorice y que haya mayor control, seguridad y prevención. Las medidas que se plantean en el plan zanahoria son buenas. Debido al tope de expendio de alcohol, menor cantidad de personas transitarán a altas horas de la madrugada y se controlará con mayor facilidad cualquier indicio de violencia. En esto también deben de estar presentes los serenos y la policía; creo que sin su participación, el plan no sería muy efectivo.
De repente no habrá una disminución significativa de la delincuencia, pero se reducirá en cierto sentido. Lo que si disminuirá serán los accidentes de tránsito por estos motivos y las peleas o enfrentamientos entre clientes en estado de ebriedad. Es importante la libertad del consumidor pero no en exceso. A mi parecer, el alcohol no es esencial para la diversión.
Otro factor importante es el exceso del consumo de alcohol. Es muy importante que una persona conozca sus límites y no se exceda de lo debido. De esta manera se evitan esos “espectáculos” en los centros públicos protagonizados por personas ebrias. Se debe considerar también la restricción del acceso de menores de edad a estos sitios, creo que eso no debería estar permitido. Una ley importante que guarda cierta relación es el de “no fumar en lugares públicos” porque hay muchos centros en donde esta ley se pasa por alto y no la cumplen.
A modo de reflexión, en todas partes hay peligro, en unos más que en otros, pero en cualquier parte puede pasar algo peor a lo anterior. El alcohol en exceso no es nada recomendable y se debería evitar. Medios de diversión hay muchas, pero en lugares públicos se debe ser más precavido. Ante todo seguridad y salud.
Hideki T. Shimabukuro
