jueves, 9 de diciembre de 2010

Cuentos Chinos……Navidad: ¿Qué estamos celebrando en verdad?


Ya que estamos en el último mes del año, creo que es un buen punto abarcar el tema de la Navidad, desde muchos aspectos, aclarando que soy un cristiano católico apostólico romano (termino oficial) por lo que no necesariamente tienes que compartir mi visión de esta fiesta.
Recuerdo en mi infancia temprana que por estos días, la gente estaba siempre apurada, ajetreada y un poco estresada, lo digo por las colas llenas en los centros comerciales, los niños buscando y exigiendo juguetes a como de lugar (grupo en el que no tengo problema de incluirme), todo era rojo y verde, lleno de arboles y muñecos de nieve y el chocolate caliente sobre la mesa, del cual nunca entenderé el propósito de servirlo en plena llegada del estío. Pero lo más reconfortante y rescatable, es que era una de las pocas ocasiones en la que pasaba en un mismo día, tiempo con mis abuelos y mis tíos, sobre todo con los primeros, con dos de los cuales ya no cuento ahora, de ahí que lo recalque.
Pero había algo que me intrigaba y que cuestionaba. Era un acontecimiento, que faltando una semana exacta para el 24, se armaba el Nacimiento, sacando y colocando pieza por pieza. Es cierto, cuando eres niño lo único emocionante es arrugar el papel y saber si te toco colocar el pastor o no, pero si bien saludábamos y nos persignábamos frente a él, no sentía que en verdad celebrara mi fe. La idea comercial de esta festividad me estaba matando, y no me molesta decir que era más emocionante ver que se realizara mi deseo de tener el objeto que les había pedido a mis padres a las doce de la noche que acercarme a revelar la imagen del niño Jesús. Y así pasaron los años, yendo a misas de adviento(a la cual iba cada menos gente “devota” de mi colegio con el paso de los años), rezando en el colegio y…exigiendo prácticamente los regalos que quería. Aun así mis padres nunca dejaron de armar la corona y el nacimiento, comprendiendo que no todo el mundo giraba en torno a lo que la billetera de mi padre pudiera darme. (Aunque fue un proceso largo y tedioso)
Este año, me estoy tomando las cosas con más calma, y empecé a reflexionar, que no es malo que haga todas las cosas que he mencionado, si tenemos un propósito que nos haga sentir que valió la pena. Lo digo porque es probable que el que lea esto no sea un cristiano practicante, y puede estar en contra de la banalización y generalización de esta fiesta, pero no hay porque renegar ni criticar el comportamiento de la mayoría, sino aprovechar este momento para conversar con aquellos que están a nuestro lado “ausentes”, como nuestros padres a los que vemos tan poco, o nuestros abuelos, que si bien es cierto te pueden aburrir hablando, algún día te harán más falta de lo que crees(lo que daría por una charla con mi abuelo en estos momentos). Sé que puede sonar esto a una ficha de religión del colegio, pero es la única manera que encuentro de expresar mi mensaje. Si eres cristiano, vive tu fe, no armando tu nacimiento, sino yendo a misa o dando gracias por lo que tienes. Y si no lo eres, como ya dije, no reniegues y tómalo como una oportunidad para descansar y reflexionar, tal vez te sorprenda lo satisfactorio que puede ser este tiempo.


Sebastian Uribe Diaz

3 comentarios:

  1. y que hay de las costumbres que hemos tomado de otros lugares?

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  2. Pues... Como que costumbres, Rafael?

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  3. Creo que se refiere, a las costumbres del "papa noel" o el tradicional pavo horneado que se han tomado de Estados unidos.

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