domingo, 23 de enero de 2011

Del destino y las vueltas que da la vida.

A lo largo de mi corta vida, sin muchos sobresaltos y sin muchos accidentes, siempre un poco predecible, he aprendido que el mundo da vueltas y que el destino lo escribe uno. También he descubierto que creo en un Dios que nos creo libres y que deja que nos equivoquemos, que nos ayuda cuando lo necesitamos y que está pendiente de nosotros pero no nos hostiga. Nos deja libres, nos deja decidir.
Las cosas malas vienen porque van a venir cosas buenas. Eso es algo que tengo claro. “No hay mal que dure cien años”, aunque no creo mucho en las frases, es una de las que si me gusta y es que no todo en la vida es malo. Siempre hay alguien que puede cambiar las cosas, siempre hay circunstancias que te pueden hacer tener otra vez esperanzas de que todo va a ir bien.
Con respecto a Dios, creo que Él nos deja libres. Es algo que un profesor de teología me explico que no era cierto pero no le entendí y me convenció mas de lo que pienso. Todas las cosas las hace el hombre pero todas también tienen presencia de Dios. No me agrada mucho cuando la gente se olvida de dar las gracias cuando algo sucede por dar las gracias a Dios. Siempre hay gente que se esfuerza por las cosas, por lograrlas y cuando se olvidan de agradecerles por dar las gracias “primero a Dios” me parece una falta de respeto.
Finalmente quiero decir en esta columna, que será la última hasta las elecciones que no hable de política, que no tengan miedo a ser felices. Que ser felices es lo mejor que se puede hacer. Que las personas viven para ser felices y que no se debe pensar pesimistamente. Hay que tener fe, creer en que se puede ser mejor. Creer en que todo va a mejorar y en que todo se puede solucionar. Las palabras, es verdad, no son suficientes para poder levantar el ánimo de alguien que sufre pero son un buen inicio que seguido de acciones serán efectivas siempre. Amigos la próxima semana va a regresar el Christian que le gusta hablar de política, así que este ser más romántico y soñador se despide esperando que esta columna les suba el ánimo y los ayude a ser más felices. Esta columna no tiene otro fin.
Christian Soto

2 comentarios:

  1. "Las palabras, es verdad, no son suficientes para poder levantar el ánimo de alguien que sufre pero son un buen inicio que seguido de acciones serán efectivas siempre"
    muy cierto, me encanto.

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  2. Hideki T. Shimabukuro24 de enero de 2011, 20:34

    'Romántico y soñador' JEJE
    Estar enamorado es... ♪

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